lunes, 8 de octubre de 2012

ESTILOS FARAMALLEROS


La democracia republicana está erigida sobre el principio de pesos y contrapesos, de lo cual se  deriva que entre las tensiones (que son más que normales) dadas en el seno del poder público, gobierno/oposición, se mantendrá un equilibrio del poder  legítimo (no dictatorial) y una dialéctica gubernativa que mantiene vigente la democracia, el estado de derecho, y la sana administración pública que se constituya en el mecanismo más idóneo para responder a las diversas problemáticas que afectan a los administrados.

En Arauca, no obstante, la dinámica política recae sobre los vicios politiqueros, los populismos faramalleros, la persecución y estigmatización que solo  atizan los fuegos de la guerra y  la inequidad social y hacen prevalecer la arrogancia del poder, tratando de imponer una visión de futuro cortoplacista y el embolate de las posibilidades de la región en vez de convertirse en escenario de desarrollo integral y democrático de estos terruños y sus gentes tan azotados por la violencia en todas sus formas.

Esta columna tiene el propósito de llamar la atención sobre, la necesidad de hacer oposición y crítica a los gobiernos de turno como un deber ciudadano y periodístico para que se eleve el nivel y la madurez política de nuestros ciudadanos y de allí, la de los dirigentes nuestros que no dejan de dar muestras de miopía política y más recientemente de liderazgos pop-star. Que de fiesta en fiesta y entre la simpatía populista de tanta  muestras de talento ocultan su capacidad de amordazar a la crítica, perseguir y hacer parecer  apócrifas  las voces de quienes tenemos el valor civil de hacer una oposición crítica al régimen, en el libre ejercicio de ejercer el control social a las autoridades públicas.

En esta dirección, dadas las condiciones  que vive el departamento de Arauca, me siento obligado a sentar mi rechazo a la manera de conducir  los destinos del mi región,  pues  no son los ánimos folklóricos y las soluciones  superficiales, a manera de pañito de agua tibia, las medidas que con carácter de urgencia  ameritan nuestros problemas.


Requerimos de gobernantes dotados de  cualidades como la sinceridad y la responsabilidad, la diligencia, el compromiso, la templanza, la sabiduría y la justicia para que asuman trascendiendo la actitud proselitista y politiquera para dar un orden priorizado a tanta demanda ciudadana, comunitaria, gremial que reclama la atención estructural a la realidad que nos acontece.

Recordemos también que hace pocos días, mientras el departamento sufría los embates de las acciones insurgentes con la quema de vehículos en las carreteras,  cuando la ciudad de Arauca se encontraba a oscuras por la voladura de las torres que  conducen la energía eléctrica, y se comenzaba un paro armado programado por el ejército de liberación nacional,  el gobernador Facundo Castillo se encontraba en las calles de la ciudad de Ibagué como embajador del joropo.

Muy posiblemente estas críticas harán llover sobre mi cabeza truenos y centellas. Pero entre tanta euforia fiestera reitero, hay que hacer un alto para mirar con más serenidad, inteligencia y verraquera los retos que los gobiernos araucanos encabezados por su gobernador deben jalonar.
Cayo Mario Sepúlveda Escobar                   cayin60@hotmail.com               www.politicaaldia.ttk

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