martes, 7 de agosto de 2012

POR QUÉ SIEMPRE NOS FALTA EL CENTAVO PARA COMPLETAR EL PESO


POR QUE SIEMPRE NOS FALTA EL CENTAVO PARA COMPLETAR EL PESO.

Es una manera popular para referirnos a situaciones que parecieran lógicas, pero que a última hora no se dan, es una situación que se repite una y otra vez, por ejemplo en el futbol, cuando se pierden los partidos en el último minuto, o cuando en política una buena propuesta pierde por unos poco votos o por fraude en las Registradurias o cuando perdemos el premio de la rifa por un solo número.

Esto genera un poco de frustración y mucho más si se lleva años de espera y esta aspiración no depende de la capacidad personal sino de los demás y resulta más frustrante a un cuando es un colectivo o el pueblo que espera una solución.

Lo anterior para referirme más exactamente a la terminación de la construcción del puente sobre el rio Casanare en el sector de San Salvador, que permite la comunicación con la capital de la República de una manera más ágil y evita el paso por el sector de la cabuya, dolor de cabeza para muchos araucanos.

Sueño que comenzó a realizarse cuando Gustavo Castellanos en su condición de gobernador apropió los primeros recursos para construir en ese entonces las zapatas de dicho puente, le siguieron en este propósito gobernantes como julio Acosta Bernal, Fredy Forero y Luis Ataya, que tuvieron la voluntad política de convertir este sueño en realidad.

Después de muchos años todos se terminó de construir el puente entonces todos los araucanos gritamos “hurra o viva” al fin, pero inmediatamente nos dimos cuenta que nos faltaba para celebrar, la terminación del pavimento del trayecto rio Tame – San Salvador, otra frustración para ciudadanos y gobernantes.

Habrá de reconocerle que los gobernadores y las Asambleas Departamentales de los periodos anteriores quienes apropiaron y aprobaron los recursos, para que primero se culminara el pavimento, antes que el puente, solo que esta vez caímos al parecer en manos de contratistas oportunistas, para hacernos vivir situaciones parecidas a la que están viviendo los habitantes de Bogotá con la contratación de sus obras.

El contrato inicial determinó que esta obra debía ser entregada el 31 de diciembre del año anterior, entonces vinieron plazos una y otra vez y después de casi un año, nada de nada, todavía no hay un solo metro pavimentado.

Para colmo tendieron 200 metros de pavimento que debió ser levantado por orden de la interventoría, por ser de pésima calidad, y concederle un nuevo plazo hasta el mes de octubre, situación que nos lleva a concluir que son muy pocas las esperanzas para que esta empresa cumpla.


Esta compañía le debe a cada santo una vela, lo anterior para referirme al incumplimiento del pago a los proveedores o transportadores de material o combustibles.

Podríamos enumerar una cantidad de falencias que nos permite sospechar que estamos ante una versión similar a la de “Los Nule” en nuestro Departamento.

Tendremos los habitantes de este departamento, los medios de comunicación y los gobernantes vigilar para exigirle a estos señores contratistas que cumplan y pedirle a los interventores, y entes de control fiscal y disciplinario el seguimiento que permita exigir calidad y el cumplimiento de esta obra que quizás es el último suspiro de las regalías directas que perdimos los araucanos.

Cayo Mario Sepúlveda escobar cayin60@hotmail.com www.politicaaldia.tk

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