jueves, 4 de noviembre de 2010

DE GITANO DE MACONDO A MINISTRO DE MINAS


DE GITANO DE MACONDO A MINISTRO DE MINAS
El ministro de minas de nuestro país, Carlos Rodado Noriega actuando como el gitano Melquiades, truculento personaje que aparece en el primer capítulo de la novela cien años de soledad, de nuestro Nobel Gabriel García marques anunciaba con bombos y platillos una supuesta bonanza petrolera, que nadie en nuestro país se la cree.

Pero que lamentablemente como José Arcadio Buendía, el presidente le creyó, y con este anuncio, creen tener los argumentos necesarios para desentrañar y saquear los recursos de regalías que tienen derecho según la constitución política las regiones que tienen explotación y transporte de petróleo, dentro de su jurisdicción. Para que hagamos una comparación me permito transcribir algunos apartes del primer capítulo de esta gran novela.

Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. "Las cosas tienen vida propia —pregonaba el gitano con áspero acento—, todo es cuestión de despertarles el ánima." José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aun más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra”.

De esta manera Macondiana, piensa el señor Ministro no solo convencer al presidente sino engañar también a los colombianos, y se da el lujo de presentar una tabla engañosa haciendo cuentas como la moraleja de la lechera de posibles nuevos hallazgos petroleros, que este ministro no ha sido capaz de certificar como se lo exige el senador JORGE ROBLEDO.

Argumentos que si les sirve para engañar a las regiones que también han sido abandonadas por el estado, creándoles expectativas, con el único fin de encontrar respaldo popular, y de sus congresistas, que alistan la mochila a ver que se pueden llevar de esta piñata anunciada.

Pero como todo dicharachero el ministro también habla de equidad en el reparto de las regalías en las regiones, tratando de presentarse ante los colombianos como un hombre justo y equitativo, solo que se le olvida revisar, los porcentajes de inversión de recursos del orden nacional a través de la historia, que le dejan muy mal parado en ese discurso de la equidad. Un campesino le mandó un mensaje que en aras de la equidad se llevara todos los recursos de regalías y lo metiera en una bolsa, pero que también echara en esa bolsa todo el presupuesto nacional, y que después repartiera equitativamente, eso sí era equidad manifestó el labriego.

Posteriormente habló de ahorro para garantizar recursos a las generaciones futuras, el mismo campesino le mandó a decir, que estaba muy de acuerdo con ese argumento, pero que si quería ahorrar para las generaciones futuras, debería suspender todas la explotaciones en los yacimientos del país y guardar todas las reservas para los años venideros, en vez de regalárselas a las multinacionales como lo hacen hoy en día, a través de los contratos de concesión, esto sí es ahorrar para el futuro dijo el campesino.

Con todos esos argumentos poco convincentes, termino creyendo más en la sabiduría popular, que al fin y al cabo nacen de gentes humildes, personas de bien, honestos, verdaderos colombianos, que no venden el país por partes y no echan discursos mentirosos de equidad y honestidad.

Cayo Mario Sepúlveda Escobar Cayin60@hotmail.com www.politicaaldia.tk

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